LA VIDA CRISTIANA NO ES CUESTIÓN DE COMODIDAD
“Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”
(Lucas 1:38)
La concepción de Juan “El Bautizador” fue en un sentido milagrosa. Fue un milagro que esto pudiera sucederle a personas de edad tan avanzada. No fue el único, también sucedió con Isaías 7:14; del mismo modo la concepción de Jesús era milagrosa en forma única porque ocurrió sin la contribución de varón humano. Entonces, si el Dios todopoderoso puede producir la concepción de Juan y el suceso de Isaías 7:14, ¿no podrá hacer también lo que es aún más milagroso?
El ángel Gabriel en el Evangelio de Lucas 1:31-34, le comunica a María que concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre “Jesús”. María respondió: ¿Cómo será esto? Porque no vivo con un marido. El ángel dijo:
“Porque nada hay imposible para Dios”
(Lucas 1:37)
“Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”
(Lucas 1:38)
En este evento María obedeció a Dios y Él le otorgó una tremenda bendición, de ser la madre de Nuestro Señor Jesús. Como seguidores de Jesucristo obedezcamos al Señor y tengamos la certeza de que después de esto seguirá una bendición de parte de Dios.
Debemos tener en cuenta que María era una joven soltera cuya obediencia a Dios con toda seguridad, alteraría su comodidad:
– Quedó en una posición difícil y vergonzosa en extremo.
– Desposada para casarse con José, enfrentaba el estigma de una maternidad fuera del matrimonio, sabía que sería acusada de adulterio, una ofensa que se castigaba con el apedreamiento.
– Sin embargo, se sometió en servicio humilde, y por su intermedio el “Salvador” cambió al mundo para siempre.
¡Amado hermano!
– Considere la respuesta de María al ángel Gabriel. Si Jesús le pide que haga algo y usted obedece, puede tener la certeza de que seguirá una bendición.
– No hay que poner prioridad en nuestra comodidad personal, debemos darnos cuenta de que algo mucho mayor puede estar en juego en el reino de Dios.
– No cuestione el plan del Señor, ni analice la situación desde la perspectiva humana. Simplemente obedezca.
Cuestionar, dudar, calcular, nada de eso edifica la fe que Él quiere que usted tenga y que exhiba. Por el contrario, una confianza como la de María es la que exalta a Cristo, y a través de la cual Él se mueve de manera asombrosa.
Pida a Dios: tener la fe y la valentía para permanecer obediente en las cosas de Su Reino, incluso si eso significa hacer a un lado nuestra propia comodidad.
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente