EL GOZO EN LA PRIMERA NAVIDAD
“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.”
Lucas 1:46-47
No cabe la menor duda de que la llegada de la navidad trae un gozo tremendo, que se traduce en sentimientos de alegría, paz y amor. La llegada de la navidad, es añorada con expectativa, disfrute y satisfacción para el mundo cristiano. Los niños la disfrutan más que cualquier otra edad; saben que en ese tiempo sus padres y familiares le traen regalos y los llevan a disfrutar. Se come rico y a satisfacción. Pero por sobre todo no podemos olvidar la dicha que trajo la primera navidad y que afectó espiritualmente de manera muy positiva a sus protagonistas y el mundo conocido.
1. EN MARÍA. La virgen María fue la primera en disfrutar espiritualmente la noticia de la venida del Salvador: “Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.” (Lucas 1:46-47). Aquí hallamos a una María desbordante de alegría que engrandece a Dios. Y aunque era una jovencita que no sobrepasaba los 15 años; se convierte en el arquetipo de la mujer creyente, cree en Dios, en los mandamientos y en la palabra. Es respetuosa de la ley y como toda creyente espiritual aparece en la sinagoga.
2. EN ELIZABET. Era la prima de María que vivía en una ciudad en las montañas de Judea. “Y aconteció que cuando oyó Elizabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elizabet fue llena del Espíritu Santo,” (Lucas 1:41). La satisfacción y gozo no solo fue de Elizabet, sino también los vecinos, como lo narra Lucas diciendo: “Y cuando oyeron los vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella.” (Lucas 1:58). Elizabet fue tan bendecida que se embarazó siendo estéril y dio a luz al más grande de los profetas: Juan el Bautista.
3. EN SIMEÓN. Era un anciano que, no era famoso, menos aún poderoso, tampoco pertenecía a la casta sacerdotal, no era teólogo, ni escriba, no era rabino conocido. Pero, sí era un anciano, justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel y que el Espíritu Santo estaba sobre él. Era un hombre que gozaba de la comunión con el Señor, “Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer con él conforme al rito de la ley, él lo tomó en sus brazos, y bendijo a Dios…” (Lucas 2:26-28a). Este fue una de las personas más sencillas, pero consagradas; a quien Dios guió a través de Su Espíritu santo, le dio una promesa y el Señor la cumplió. Se fue de este mundo con la dicha de haber tenido en sus brazos al Salvador del Mundo.
Hay muchos otros personajes que disfrutaron del gozo que se experimentó en la primera navidad y que se ha hecho extensiva para todo creyente que confía en Dios y en Su palabra.
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor