LAS DOS CARAS DEL SERVICIO
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.”
2 Timoteo 2:2
En la vida cristiana el discipulado es vital para desarrollar madurez espiritual. Precisamente en las cartas paulinas encontramos muchos consejos acerca de ello. Por ejemplo, Pablo aquí está diciendo que todas las enseñanzas que él le transmitió a Timoteo, no pueden detenerse; sino que, deben ser transmitidas y enseñadas a otros.
Al mismo tiempo, Pablo deja dos tesoros a su hijo espiritual. Mientras le anima en la fe y en el servicio, le hace recordar dos cosas vitales para servir al Señor:
- Fidelidad: “hombres fieles” (v.2a). Implica actuar con lealtad a una tarea o a una persona.
- Idoneidad: “idóneos para enseñar también a otros” (v.2b). Que es adecuado o apropiado para algo.
Es interesante el orden en que están estos verbos. Primero debemos caminar en fidelidad al Señor y Su Palabra, luego cumplir con responsabilidad el llamamiento santo a servirle. Es decir, lo que hago para el Señor jamás será mayor que lo que soy (mi condición) delante del Señor.
Muchas veces nos preocupamos más porque nuestros talentos, habilidades o incluso la ejecución de los dones espirituales, sean bien realizados, pero podemos olvidar que un servicio sin fidelidad sería simplemente como un metal que resuena. ¡El talento puede llevarnos muy lejos, pero la falta de fidelidad nos puede traer abajo de la peor manera! ¿Cómo se puede dar esto? Por ejemplo, si estamos en el ministerio de alabanza, nuestros labios pueden cantar algo que nuestro corazón realmente no ama.
Quizás podemos decir que la fidelidad tiene que ver con la condición del corazón al momento de servir, y la idoneidad con la expresión de esa condición. Entonces, sería bueno hacernos algunas preguntas: ¿Cómo está nuestro corazón al momento de servir? ¿Servimos en fidelidad o por compromiso?
Recordemos que no todos estamos llamados a liderar, pero sin duda todos estamos llamados a servir. La humildad significa que amamos servir más de lo que anhelamos liderar.
Quiera el Señor usar nuestras vidas para transmitir Sus enseñanzas, así que dispongamos nuestros corazones para ser útiles en Sus manos con corazones íntegros.
¡Estudiemos la Palabra! ¡Vivamos la Palabra! ¡Enseñemos la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular