¡RECAPACITEMOS!
Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Lm. 3:21
En los versículos anteriores de Lamentaciones, el autor expresa su profundo sufrimiento y desesperación debido a la devastación de Jerusalén y el sufrimiento del pueblo de Israel como resultado de sus pecados y desobediencia a Dios. La aflicción y el sufrimiento descritos en Lamentaciones 3:1-20 son parte del lamento por la devastación de la ciudad santa y la difícil situación en la que se encontraba el pueblo de Israel.
A través de estas palabras, vemos la lucha emocional y espiritual del autor en busca de consuelo y fortaleza en medio de la adversidad. A partir del versículo 22, el tono del autor cambia hacia uno más positivo, deja atrás sus quejas contra Dios y comienza a hablar de la misericordia de Dios. ¿Por qué lo hace? ¿Qué lo llevo a este cambio? Simplemente se puso a RECAPACITAR, es decir, reflexionar, reconsiderar o pensar detenidamente sobre algo. Meditar sobre lo que Dios estaba haciendo en medio de la destrucción de Jerusalén.
En momentos de adversidad, es fundamental no dejarnos llevar por nuestras emociones negativas, ya que esto puede conducirnos a una depresión espiritual. La Biblia identifica al corazón como el centro de nuestras emociones y pensamientos. En Proverbios 4:23 se nos dice: «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida».
Que importante resulta detenernos a meditar sobre las razones por las cuales Dios permite situaciones difíciles en nuestras vidas, podemos enfocarnos en la soberanía de Dios y en Sus buenos propósitos para con nosotros, Sus hijos.
Al reflexionar sobre la obra de Dios en medio de las circunstancias adversas, podemos encontrar consuelo, fortaleza y esperanza en Su fidelidad y misericordia renovadas cada día. Esto nos ayuda a mantener una perspectiva centrada en Dios y confiar en que Él tiene un plan perfecto para nuestras vidas, incluso en medio de las pruebas y tribulaciones. La meditación en la soberanía y bondad de Dios nos permite enfrentar los desafíos con fe y confianza en Su amor inquebrantable hacia nosotros, porque “por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; …” (vv.22-23).
No debemos permitir que nuestras emociones nos dominen en tiempos de adversidad. Recapacitar y reflexionar en esos momentos nos brinda la oportunidad de acercarnos a Dios, experimentar Su bondad y misericordia, encontrar consuelo y fortaleza en Su presencia. Al acercarnos a Dios con un corazón dispuesto a recapacitar y buscar Su guía, podemos experimentar Su paz que sobrepasa todo entendimiento y Su presencia transformadora en nuestras vidas.
Avancemos con fe
Juan Carlos Chirinos
Pastor Asistente