LLENO DE GRACIA, SAZONADO CON SAL
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”
Colosenses 4:6
Pablo está dando ciertos consejos a los hermanos de la Iglesia de Colosas en referencia a su trato con la gente no creyente, el v.5 dice: “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.”
Algo que Pablo tiene en cuenta en primer lugar es que como cristianos no debemos perder el contacto con aquellos que no conocen a Dios. No debemos ignorar, rechazar a aquellos que no aman a Jesús, sino que debemos conversar con ellos, conocerlos, hacerles preguntas y preocuparnos genuinamente por ellos. Obviamente, todos tenemos nuestra agenda y nos cuesta «hacer espacio» para las personas que no conocen a Jesús. Sin embargo, este es nuestro llamado: “ir y compartir el evangelio”. Recuerda, Jesús pasó una cantidad significativa de tiempo con personas que no conocían a Dios con el propósito de que lo conocieran. Somos llamados y mandados a ir y hacer discípulos tal como Él lo hizo.
Pablo nos enseña que siempre debemos estar llenos de gracia, sobre todo en nuestro hablar con los incrédulos, esto es algo a considerar, pues mayormente son los incrédulos aquellos que nos quitarán más fácilmente la paciencia con su forma de hablar o actuar, son los que atacarán nuestra fe en Cristo. ¡Que ciertas son estas palabras de Pablo!, al estar más a prueba con los no creyentes, debemos ser proactivos, intencionales en hablar con gracia, pues cuando la consideramos, permitiremos que nuestras conversaciones revelen el profundo amor que el Señor tiene por ellos, podremos saber cómo actuar y qué decir ante esas situaciones complicadas, seremos de testimonio y estaremos prestos a compartir del evangelio, el mensaje de salvación, del favor y de la gracia de Dios para con ellos.
Así que cuando modelamos esa gracia en nuestras conversaciones con los incrédulos, les podemos dar una visión del amor de Jesús. No importa lo que nos digan, podemos responder de maneras que honremos y glorifiquemos a Dios. La gracia es un don de Dios que es significativo en el testimonio de un seguidor de Cristo.
Alex Plasencia
Pastor Asistente