LA ORACIÓN CON PROPÓSITO ETERNO
“11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. 12 Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, 13 para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.”
1 Tesalonicenses 3:11-13
Muchas de nuestras oraciones vienen cargadas de peticiones y propósitos pasajeros; pero, ¿cuántas de ellas tienen un sentido espiritual y eterno? Pablo nos da 3 aspectos vitales como parte de su oración por sus ovejas. Este ejemplo se puede aplicar también a aquellos que son padres al momento de orar por sus hijos:
- Que Dios dirija nuestro caminar: “Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros.” (v.11)
- Pablo oraba constantemente para que se le diese la oportunidad de ir a visitar a los hermanos en Tesalónica. Todos sus anhelos los encomendaba a la voluntad de Dios. Pablo acude al Señor con una sincera petición; y al mismo tiempo, con una profunda dependencia. ¿Nuestras oraciones tienen tono de súplica o de orden?
- No podemos pasar por alto el modelo de oración de Jesús en el Getsemaní cuando manifiesta su sentir y determina su obediencia al Padre: “41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” (Lucas 22:41-42).
- ¿Antes de tomar decisiones acudimos a Dios y descansamos en Su voluntad?
- En la vida cristiana el ORAD y HACED van de la mano, porque la respuesta del Señor a nuestras oraciones debe guiar nuestras decisiones. Pablo oraba para que su viaje y sentir de visitar a los hermanos sea guiado por el Señor.
- Una oración sincera debe estar acompañada de una sujeción completa. Ninguna decisión debe ser guiada por anhelos; sino, por los planes de Dios. Toda oración debe terminar: “hágase tu voluntad.”
- Que Dios una nuestros corazones en amor: “Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros,” (v.12)
- El ´crecer` y ´abundar` en el amor no depende del esfuerzo humano; sino, de sujetarnos a la voluntad del Señor. Pablo usa dos verbos que son sinónimos. Juntos expresan una idea, que los creyentes de Tesalónica no sólo pueden crecer en amor unos con otros; también abundar a tal punto que otros sean bendecidos con ese amor. ¿Damos evidencia de ese amor a otros?
- Pablo se coloca como ejemplo de todo lo que hizo por amor a ellos, por eso termina el v.12 diciendo: “como también lo hacemos nosotros para con vosotros,” La enseñanza espiritual más que teórica, siempre es práctica.
- El amor no es un sentimiento que se anida en el corazón. El amor es la evidencia externa de quien reina en nuestro interior, porque Dios es amor. Jesús mismo dijo: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” (Jn. 13:34)
- Una de las mayores evidencias de una iglesia y una familia sana, es el amor entre sus miembros. Es entender que ¡Somos un equipo y no rivales!
- Seguir a Jesús no sólo es asunto de tener las creencias correctas. Al mismo tiempo debemos tener las relaciones correctas con Dios y con el prójimo. Quien no ama a su hermano, ha negado la fe.
- Que Dios afirme nuestros corazones a una santidad irreprensible: “para que sean afirmados vuestros corazones irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” (v.13)
- Este v.13 nos muestra el propósito de crecer y abundar en amor. Cuando seguimos los lineamientos de Dios, hay fruto y recompensa.
- Nuestros corazones son inestables y duros por naturaleza, por ello necesitamos al Señor. El amor de Dios fortalece, afirma y transforma. Y el amor a Dios es la fuente de la santidad, porque quien ama a Dios, obedece, sirve y vive para la alabanza de Su gloria.
- Pablo ora para que Dios afirme a Su pueblo y usa dos palabras que se relacionan entre sí: La primera es, “irreprensibles”: En el original transmite la idea de “Sin culpa, sin falta, sin tacha, impecable, inocente e irreprochable”. La segunda es, “santidad”: Es la condición de todo aquel que está apartado o consagrado a Dios.
- Lamentablemente muchos “cristianos” están más interesados en salir de la pobreza que salir del pecado. Amados, “sin santidad nadie verá al Señor.”
- J.C. Ryle, dijo: “Que tu cristianismo sea tan inconfundible y tu andar tan sincero, que todo el que te vea no tenga duda de quién es tu Dueño y quien es tu Señor.”
- De nada sirve una mente llena de Biblia si no hay una vida llena de testimonio. El camino de la santidad no tiene atajos, es una vida sujeta al Señor. ¡Es cargar la cruz y seguirle!
Bajemos la revolución de peticiones terrenales en nuestras oraciones, y empecemos a orar por aquello que es para la eternidad.
¡Estudia la Palabra! ¡Vive la Palabra! ¡Enseña la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular