DECEPCIONES
«Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.«
Job 2:10
Muchos hemos experimentado este sentimiento en medio del dolor, que nos dice que Dios nos ha olvidado, y que de alguna manera no le importa nuestro sufrimiento. Inclusive se enfadan y le echan la culpa a Él por haberlos defraudado.
Cuando Job atravesó su tiempo de intenso sufrimiento, Satanás utilizó a su esposa para estimular su desesperanza y amargura. Ella incitaba a su esposo a olvidarse de su integridad, y maldecir a Dios y morirse, él la llamó fatua (espiritualmente significa ignorante y falta de sentido para discernir). Esta sugerencia de la esposa es exactamente la idea que Satanás había expresado dos veces, prediciendo la reacción de Job:
“Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”
(Job 1:1)
“Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”
(Job 2:5)
En el momento que más necesitaba el apoyo de su esposa, recibe otro terrible golpe: esta es la evidencia de la amargura hacia Dios por parte de su mujer.
Sin embargo, Job no quiso escucharla y, por el contrario, su confianza estaba en el Señor tanto, al disfrutar de las bendiciones de Dios, como en la adversidad; demostrando su honestidad y la garantía de que no servía a Dios por interés personal.
Y debido a esta actitud humilde y obediente, el Señor le honró grandemente (Job 42.10–17).
¡Hermano!
De manera similar, la forma en que usted responda a la decepción es enormemente importante.
“Nos dice Charles Stanley: No preste oídos cuando el enemigo le dice que no vale nada y que Dios ya no le ama. Su misericordioso Padre celestial puede en realidad estar evitando que usted arruine su vida. Bien puede ser que el Señor, en su amoroso plan, haya detenido una situación en particular para impedir su destrucción, y lo que parezca ser un revés en realidad sea un rescate divino”.
¡Cuando tengas pruebas, reacciona como Job; honra a Dios y ora para que te aclare lo que te está sucediendo!
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente