CRISTO NOS OTORGA VIDA EN ABUNDANCIA
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”
(Juan 10.10)
Desde hace algunas décadas, se incrementaron muchas congregaciones con falsos maestros, para robar, matar y destruir, se pudo ver con claridad que estos líderes religiosos matan y destruyen espiritualmente a los congregantes que se roban.
Estos falsos maestros que ingresan en el liderazgo disfrutan de las rentas de la Iglesia, son los más bajos y viles ladrones y asesinos. Su conducta impía es una trampa para los simples, y la ocasión de mucho escándalo para la causa de Cristo. Su doctrina es mortal; no están comisionados por Cristo, y por lo tanto no pueden beneficiar al pueblo.
Ellos discipulan a muchas personas ingenuas que necesitan el Amor de Dios. Pero en lugar de guiarlos a la presencia de Nuestro Padre Celestial los envían al infierno.
El ladrón no tiene otro diseño más de saqueadores. Entonces, los falsos maestros no tienen otro fin a la vista que enriquecerse o engrandecerse.
¿Hermano!
Hay que tener cuidado, muchos líderes que no son ladrones, pero se descuidan de su trabajo y responsabilidades y por su negligencia el rebaño es dañado
El Señor Jesús no dio su vida por su doctrina, sino por sus ovejas.
El Señor Jesús sabe a quiénes ha elegido, y está seguro de ellos, nosotros también sabemos en quién hemos confiado y estamos seguros de él. Al entregar Su vida el Señor Jesús, vemos su gracia en nuestra redención. Se ofreció a sí mismo para ser nuestro Salvador y darnos vida.
Este versículo es consolador. Jesús no solo provee vida eterna cuando lo recibimos como nuestro Salvador, sino que también nos da “vida abundante”, para que podamos lograr el propósito que nos ha encomendado.
¡Amado!
Lo opuesto a matar y destruir es “dar vida”, y lo opuesto al ladrón es el “buen pastor”. Por esto Jesús dice, “Yo vine para que tengan (el pueblo, las ovejas) vida y para que la tengan en abundancia”
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente