OVEJAS O LOBOS
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.”
Gálatas 5:13-15
Pablo nos recuerda que, a través de la fe en Jesucristo, hemos sido libertados de la esclavitud del pecado. Esta libertad no es para hacer lo que queramos, sino para servirnos unos a otros en amor.
Los judíos se consideraban libres por ser descendientes de Abraham, pero esa libertad era falsa. Ser libres es el resultado de la acción del Hijo de Dios, que siempre actúa en armonía con la voluntad del Padre.
Esta libertad se concreta en la posibilidad de servir al Dios vivo y verdadero como siervos. No cabe duda que el cristiano no puede servir a dos señores (Mt. 6:24), especialmente por la incompatibilidad que ellos tienen entre sí. El creyente que es controlado por la carne está en conflicto con Dios, porque está en rebeldía contra Su voluntad. Por tanto, no puede complacer a Dios en ninguna de sus acciones. Quien utiliza la libertad para practicar el pecado, debe preguntarse si realmente ha nacido de nuevo.
La “carne” en este contexto se refiere a nuestra naturaleza pecaminosa, que tiende al egoísmo, la discordia y la búsqueda de su propia satisfacción. Si usamos nuestra libertad para seguir los deseos de la carne, caemos en la esclavitud del pecado y nos alejamos de Dios. Nadie debería pensar que la libertad del pecado es la impecabilidad del cristiano; esto no significa que nunca más pequen, pero lo importante es que el pecado ya no es el maestro que los esclaviza.
La expresión de la verdadera libertad tiene como meta el servicio de los unos a los otros en amor.
Los gálatas habían comenzado por el Espíritu que produce amor, pero algunos se estaban desviando hacia la carne que produce odio. El peligro evidente en una situación así era el de destruirse mutuamente. La situación entre ellos había generado conflictos internos. Las contiendas y conflictos impiden la comunión con Dios, por lo tanto, sus bendiciones.
No es posible predicar sobre el amor sin practicarlo, de otra manera, no es posible predicar a Cristo sin vivir el amor de Cristo en plenitud.
“Cuando los perros y los lobos se muerden, es de acuerdo con su naturaleza; pero es triste cuando las ovejas se muerden unas a otras.”
Charles Spurgeon
El amor es el principio fundamental que debe guiar nuestras relaciones como cristianos. Al vivir en amor, reflejamos el carácter de Dios y experimentamos la verdadera libertad y plenitud en nuestras vidas.
“Cercanía a Dios trae parecido a Dios. Cuanto más veas a Dios, más de Dios será visto en ti.”
Charles Spurgeon
¡Creciendo en la Palabra y viviendo juntos en santidad!
Luiggi Naveda
Pastor Asistente
Muy interesante, edificante como muestra la palabra como.debemos ir cambiando los que
Realmente necesitamos de Dios ,el amor que mostro al dar la vida por nosotros ,si tan solo
Diaramente meditariamos en ese hecho ,los corazones de un cristiano serian diferentes,y seriamos agradecidos a Dios en primer lugar porque nos perdona nos ama y quiere, es
Cierto que no se muerdan unos a otros,reconociendo que nadie es mayor que el maestro (nuestro señor jesucristo),el gran samaritano que solo desea que nuestro corazones sean para él, porque nos bendice ,nos acompaña, si estamos.enfermos nos anima,esta presente cuando oramos ,si pasamos una necesidad esta con nosotros ,luego ese amor se daria a otros ,es cierto sin morderse ,pero pablo anima mirar a Dios y continuar el camino y ser agradecidos , cuanto lo necesitamos a nuestro amado padre celestial,gracias muy edificante.