LA VANA OPOSICIÓN AL CRISTIANISMO

LA VANA OPOSICIÓN AL CRISTIANISMO

“Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido,”  

Salmos 2:2

No hace falta mucho esfuerzo para darnos cuenta en qué clase de mundo habitamos. Es un mundo que ha invertido los valores y que camina al revés sin darse cuenta. Que va triste y lamentablemente sin detenerse a su destrucción final.

La “cultura global” que maneja el mundo, no sólo sirve para mostrar su deterioro moral y su alejamiento espiritual; sino también, su abandono de la verdad y la decencia. Y lo que es peor aún, es que, en bochornosos espectáculos exhibe su pecado que, para colmo de males es aplaudido por millares de seres humanos sin referentes espirituales. Y todo esto, no puede tomarnos por sorpresa a una iglesia militante que sigue extendiendo el reino de Dios.

El salmista David, con tres mil años de anticipación y por el Espíritu de Dios escribió el Salmo 2 para enseñarnos al menos dos cosas: El necio antagonismo de este mundo y la respuesta de parte de Dios.

1. EL NECIO ANTAGONISMO DEL SER HUMANO. El salmista vio el futuro con los ojos de Dios y describe así la situación: “¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas.” (Salmos 2:1-3). David dice, que hay una sublevación planificada del ser humano, una rebelión perfectamente orquestada de todas las naciones contra el Señor y Su Ungido. Esta, es una rebelión planificada, donde todos los rebeldes están personalmente involucrados y comprometidos. Maquinando como ir en contra del sabio Dios y Su Hijo Jesucristo. ¿No es esto lo que hemos visto en los Juegos Olímpicos 2024 en Paris-Francia? ¿No hemos visto acaso una unidad de pensamiento, una unidad de criterios, para quitar del trono al Señor del universo y a Su Cristo? 

Pero, ¿Por qué el ser humano, trata de destronar a Dios? Porque Dios no está de acuerdo con su conducta, no está de acuerdo con su comportamiento. Dios aborrece el pecado. Y los Diez Mandamientos, el Sermón del Monte, se constituye en ligamentos, barreras y cuerdas para la conducta desenfrenada que practica el mundo; de allí la determinación: “Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas.” (Salmos 2:3). “No queremos a Dios, ni lo necesitamos”, es el sentir de esta generación que no se da cuenta que el único libertador de la esclavitud del pecado es Dios.

2. LA RESPUESTA DE DIOS AL HOMBRE. Es una respuesta tranquila, ecuánime, ya que Dios, sigue siendo Dios, y está sentado sobre el trono del universo y nadie lo moverá. Su respuesta es una mezcla de risa y de ira: “El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.” (Salmos 2:4). Es una respuesta de risa porque el hombre no conoce de lo que Dios es capaz, no conocen Su poder; por eso Dios se ríe de la determinación de las naciones y sus líderes. Ve al hombre con su puño apretado marchando contra Dios. El hombre, no se dan cuenta que él que mora en los cielos, en medio de la paz, la santidad y la total seguridad; tiene Su agenda y Su plan se está llevando a cabo. Su trono no es un trono terrenal que está amenazado y que en cualquier momento lo puede perder. 

También será una respuesta de ira, como lo predijo el rey David: “Luego hablará en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte.” (Salmos 2:5-6). Claramente está establecido que el día del juicio vendrá. Allí será el día de turbación; ese día se acabará la misericordia, y las posibilidades de acercarse a Dios.

Termina esta porción diciendo Dios, que él mismo ha puesto al Rey Jesucristo y que ha escogido a Jerusalén el lugar desde donde habrá de reinar. Para muchos estudiosos de las sagradas escrituras, ya estamos en la recta final del cumplimiento de este Salmo.

Sin dudas amados tenemos hijos, nietos, sobrinos, hermanos y otros familiares; que no saben lo que Dios ha determinado y que aún disfrutamos del tiempo de gracia y misericordia, para que puedan entrar en el reino de Dios. ¡Prediquemos a Cristo!

¡Con la expectativa de verte!