VENCIENDO LA TENTACIÓN
“sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.” Santiago 1:14
La Biblia nos enseña que todos enfrentamos tentaciones, pero aquellos que confían en el Señor y buscan su ayuda tienen la capacidad de resistir y no ceder a la tentación. En 1 Corintios 10:13, se nos asegura que Dios no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podemos resistir, y nos dará una salida. Además, Santiago 4:7 nos insta a someternos a Dios, resistir al diablo y promete que este huirá de nosotros.
La resistencia a la tentación se fortalece a través de:
1. La oración, nos brinda la oportunidad de comunicarnos directamente con Dios, compartiéndole nuestras luchas, tentaciones y necesidades. En la oración, podemos pedir a Dios que nos fortalezca, nos guíe y nos ayude a resistir la tentación. A través de la oración, podemos pedir a Dios discernimiento para reconocer las tentaciones y las trampas del enemigo. Cuando caemos en la tentación, la oración nos brinda la oportunidad de arrepentirnos sinceramente, pedir perdón a Dios y buscar su restauración.
2. La lectura de la Palabra de Dios, la Biblia nos revela la voluntad de Dios para nuestras vidas y nos enseña cómo vivir de acuerdo con sus mandamientos (Salmo 119:11). Al seguir el ejemplo de Jesús y llenar nuestra mente y corazón con la Palabra de Dios, podemos resistir la tentación de manera efectiva. La lectura constante de la Palabra de Dios renueva nuestra mente y nos ayuda a pensar de manera conforme a la voluntad de Dios.
3. La comunión con otros creyentes, proporciona un ambiente de apoyo mutuo y oración que nos fortalece en la fe y nos ayuda a resistir la tentación, nos brinda la oportunidad de aprender de sus experiencias, recibir consejos sabios y ser exhortados a vivir de acuerdo con la voluntad de Dios (He. 10:24-25). Al relacionarnos con otros creyentes, crecemos espiritualmente y nos fortalecemos mutuamente en nuestra fe. (Pr. 27:17)
4. La dependencia del Espíritu Santo. Nos guía en el camino de la verdad y la justicia, ayudándonos a discernir entre lo correcto y lo incorrecto (Jn. 16:13), intercede por nosotros en nuestras debilidades y nos ayuda a orar de acuerdo con la voluntad de Dios (Ro. 8:26). Al depender del Espíritu Santo, producimos el fruto del Espíritu en nuestras vidas (Gálatas 5:22-23). Este fruto nos capacita para resistir la tentación y vivir una vida que refleje el carácter de Cristo.
Conocer más acerca de la grandeza de Dios es fundamental para fortalecer nuestra fe, aumentar nuestra reverencia hacia Él y profundizar nuestra relación con nuestro Creador. La Biblia revela la grandeza de Dios a través de sus atributos como su amor, poder, justicia y fidelidad. Al meditar en la grandeza de Dios, podemos experimentar un mayor asombro y adoración hacia Él, lo cual nos motiva a obedecerle y confiar en su plan perfecto para nuestras vidas.
Avancemos con fe
Juan Carlos Chirinos
Pastor Asistente
Es más que cierto por ello mi dios en ti confío, y entrego toda mi carga a ti, y seré fiel cumplidor de su mandato , me alejaré de las tentaciones y solo confiaré en el espíritu santo.
Soy hijo de Dios y solo a él le debo obediencia.