UN SERVICIO ABNEGADO
“Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros…”
2Co. 4:15a
En nuestra caminata de fe, descubrimos que el servicio desinteresado y la abnegación son pilares fundamentales que no solo fortalecen nuestra relación con Dios, sino que también impactan positivamente a quienes nos rodean. La Biblia nos enseña que es más bendecido dar que recibir, lo que nos muestra que, como creyentes, estamos llamados a vivir una vida de constante servicio, compartiendo la gracia que hemos recibido con generosidad hacia los demás.
El apóstol Pablo experimentó diversas dificultades y sufrimientos en su labor apostólica, demostrando una profunda convicción de que todo tenía un propósito en el plan de Dios. Su abnegación y entrega por el bien de las iglesias reflejaban su amor por los creyentes y su deseo de llevar el evangelio a otros. Pablo estaba convencido de que su servicio no era en vano y exhortaba a otros a comprometerse con el Señor y crecer en su relación espiritual.
Del servicio de Pablo se resalta algunos rasgos:
- Motivado por el amor: Pablo muestra que su sufrimiento y sacrificio no son por obligación, sino por un profundo amor hacia los creyentes a quienes ministra. Su servicio está impulsado por un amor genuino y desinteresado.
- Abnegación: Pablo demuestra una disposición a sacrificar su comodidad, seguridad y bienestar personal por el bien de los demás. Está dispuesto a soportar dificultades y persecuciones con tal de llevar el evangelio y edificar a la iglesia.
- Enfoque en el prójimo: Al afirmar que padece por amor a los corintios, Pablo muestra que su servicio se centra en el beneficio y crecimiento espiritual de aquellos a quienes ministra. Su preocupación principal es el bienestar de la comunidad de creyentes.
- Ejemplo de liderazgo: Pablo ejemplifica un liderazgo basado en el servicio y la entrega total, mostrando a otros creyentes el camino de abnegación y amor hacia sus hermanos en la fe.
Al igual que Pablo, podemos buscar servir a otros con amor y dedicación, sabiendo que nuestras acciones pueden fortalecer la fe de aquellos a quienes servimos y acercarlos más a Dios. Esto implica estar dispuestos a sacrificar nuestro tiempo, talentos y recursos en beneficio de los demás, demostrando el amor de Cristo a través de nuestras acciones y actitudes. Al vivir de esta manera, podemos ser instrumentos de la gracia de Dios para alcanzar a más personas y llevar esperanza y transformación a sus vidas.
Reflexionemos si estamos sirviendo a los demás con un corazón desinteresado, buscando el crecimiento espiritual de quienes ayudamos sin esperar reconocimiento o beneficios personales.
Avancemos con fe
Juan Carlos Chirinos
Pastor Asistente