QUÉ HACER FRENTE A LOS PROBLEMAS
“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.”
Nehemías 1:4
¿Qué fue lo que escuchó Nehemías, que lo doblegó y le generó un sufrimiento emocional extremo? Lo que escuchó Nehemías de la boca de Su hermano Hanani, cuando este llegó de visita a Susa, capital del otrora Imperio Persa, fue lo siguiente:
1. Que Jerusalén, la ciudad del Gran Rey, era un pueblo fantasma. Destruido primero el Reino de Israel en el norte y después el Reino de Judá al sur por los babilonios en el año 587 a.C., quedando de esta manera Jerusalén completamente arrasada.
2. Que ese glorioso templo de Salomón, que alguna vez fue una de las 7 maravillas del mundo antiguo, estaba completamente destruido. Y por 70 años permaneció como guarida de animales salvajes.
3. Entre 2 y 3 millones de judíos fueron transportados como esclavos a Babilonia. Los más destacados sirvieron en cortes paganas, manteniendo su testimonio como, Daniel (Babilonia), Ester (Persia). Se acostumbraron a vivir en tierra extraña de tal manera que no tenían ningún deseo de volver a Su tierra.
4. Los pocos que escaparon, vivían en medio de los escombros de la ciudad. Con sus muros derribados, sus puertas quemadas por el fuego. Algunos que regresaron se sumaron al modus vivendi de cada día; es decir, el temor a la desgracia y al abandono.
Esto fue lo que deshizo el corazón de Nehemías. Entró en un estado de desesperación, pero a la vez hizo 3 cosas muy importantes que muchas veces descuidamos:
1. SE SINTIÓ MUY DÉBIL. Noticias como estasafectan tanto emocionalmente, como físicamente, tanto así que sus piernas se habían debilitado: “Cuando oí estas palabras me senté y lloré” (v.3a). Nehemías era un hombre de carne y hueso como nosotros:
2. ELABORÓ SU DUELO. El dolor era tanto que: “hice duelo por algunos días.” (v.3b). Sin duda que Nehemías era un hombre comprometido con Dios. Le duele y sufre el dolor de Dios cuando sus hijos pudiendo estar bien; la pasan mal por causa de su desobediencia.
No se sabe cuánto tiempo pasó muy dolido por una ciudad (Jerusalén) en la que nunca antes había estado. Y sufriendo por gente a los cuales ni siquiera conocía. Pero allí está el corazón, el carácter y el coraje de un auténtico líder que Dios levanta. Y va a tomar la iniciativa de orar y ayunar.
3. SE PUSO A ORAR Y AYUNAR. Sin duda que las emociones se iban disipando, pero la carga o encargo de Dios se mantenía. Por esto dice: “y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.” (v.3c). Esto lo llevó a doblar rodillas por la causa de sus hermanos. A orar ante quien tiene la respuesta para interrogantes que no sabemos responder o no hallamos la solución inmediatamente.
Sólo “el Dios de los cielos.” Sabe lo que precisamos o lo que mejor nos conviene. Ante él debemos doblar rodillas, exprimir nuestros corazones, pasar tiempos de búsqueda de Su voluntad y solución a nuestros problemas. ¡Considéralo!
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor