VIDAS TRANSFORMADAS

VIDAS TRANSFORMADAS

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos.”

Efesios 4:22

Pablo llama a los creyentes a «despojarse del viejo hombre», lo que implica un cambio radical en la manera de vivir. Esto significa que la vida cristiana requiere dejar atrás comportamientos, hábitos y actitudes que no se alinean con los valores y principios de Dios. Este acto de despojarse sugiere una decisión consciente y activa para rechazar lo que es perjudicial y contrario a la voluntad de Dios.

El «viejo hombre» está «viciado conforme a los deseos engañosos». Esto destaca la naturaleza corrupta y engañosa del pecado. Reconocer que nuestros deseos pueden ser engañosos nos ayuda a ser más conscientes de la necesidad de discernimiento y vigilancia en nuestra vida espiritual. Nos recuerda que no podemos confiar ciegamente en nuestros impulsos y que necesitamos la guía del Espíritu Santo.

Despojarse del «viejo hombre» no es un evento único, sino un proceso continuo. La vida cristiana es una jornada de crecimiento y transformación constante. Cada día, los creyentes están llamados a renunciar a actitudes y comportamientos pecaminosos y a adoptar una vida más alineada con Cristo.

Este versículo nos recuerda que, aunque estamos llamados a despojarnos del viejo hombre, no podemos hacerlo por nuestra propia fuerza. Necesitamos la gracia y el poder de Dios para superar los deseos engañosos y vivir de acuerdo con Su voluntad. Esto nos lleva a una dependencia diaria de Dios y a buscar Su ayuda a través de la oración y la lectura de la Biblia.

Hoy, reflexionemos sobre nuestras propias vidas. ¿Qué hábitos o pensamientos representan nuestro «viejo hombre»? ¿Qué significa para nosotros vestirnos del «nuevo hombre» en nuestra vida diaria?

Pablo nos llama a una transformación radical, dejando atrás nuestras viejas maneras y abrazando una nueva vida en Cristo. Oremos para que Dios nos ayude en este proceso de renovación y nos guíe a vivir en justicia y santidad.

¡Creciendo en la Palabra y viviendo juntos en santidad!