ENVASE VS CONTENIDO
“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
1 Samuel 16:7
¡Silvana, no! ¡Ella no!, dijimos los varones, entre los dientes, aquella noche en nuestro primer ensayo del coro de la iglesia. Silvana, había pasado las pruebas y había ingresado al coro. Ella era una señorita tímida, callada, radical en su cristianismo (en nuestro errado parecer), y en cierto sentido poco amistosa. Realmente, no tardó mucho tiempo para que Silvana se convirtiera en una de las mejores voces del coro, y pasó a ser una de las solistas principales de la iglesia. Tenía una voz potente, un excelente oído para hacer la armonía y descubrimos en ella una sonrisa contagiosa. Puedo decir que, ¡el coro amaba a Silvana!
¿Qué pasó con ella que todo cambió? ¡No! La pregunta correcta no es esa; la pregunta debería ser: ¿Qué pasó en nosotros que no vimos quién era realmente Silvana? Sin duda, nos fijamos en aspectos que Dios no considera como prioridad. Por eso, en el versículo de hoy vemos cómo Dios dirigió a su siervo Samuel hacia aquel quien iba a ser el rey de Su pueblo, y cuya elección no tenía nada que ver con las apariencias, sino con el corazón: el rey David.
Muchas veces juzgamos a las personas por los detalles (como visten, peinan, hablan, etc.), pero no observamos sus corazones. Vivimos en una cultura que se enamora del envase y muchas veces rechaza el contenido. Entonces, en la vida nos quedamos con conceptos erróneos de algunas personas sin darles el valor ni conocer lo precioso de su corazón.
Sería bueno preguntarnos, ¿Hay alguna “Silvana” a nuestro alrededor? ¿Qué podemos hacer para que no nos quedemos con el “envase” en lugar del “contenido”? Sigamos la enseñanza de la Palabra, debemos amar a las personas por quienes son, y no por lo que aparentan o por lo que “tienen que ofrecer”.
¡Estudiemos la Palabra! ¡Vivamos la Palabra! ¡Enseñemos la Palabra!
Con amor fraternal
Daniel Alcántara
Pastor Titular