SEMANA SANTA SIN CRISTO
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
Gálatas 2:20
Terminó la Semana Santa para algunos. Para quienes realmente amamos a Jesús, esta semana nos ayudó a recordar que Jesús fue como Cordero en silencio a la cruz, para otorgarnos la salvación; pero, rugió como León, para regalarnos la vida eterna. Y quien vuelve a una vida natural y no espiritual a partir de hoy (un día después de Semana Santa), entonces no muestra una vida transformada por el poder de Dios; sino una vida decorada por la religiosidad. Que no se repita la misma historia de hace dos mil años. Aquella que evidenció que en la vía dolorosa había mucho espectador, pero muy poco seguidor. El primero puede incluso llorar una semana al año, el segundo, está dispuesto a cargar su cruz todos los días.
¿Por qué guardar la Semana Santa si Cristo no ha resucitado en tu corazón? ¿Por qué celebrar la Semana Santa si no hemos sido crucificados con Él? Me temo que muchos en estas fechas disfrutan de los beneficios físicos de esta semana como los feriados, y salen de viaje, toman tiempo para descansar, etc. No está mal ello, pero si es tu única forma de guardar la Semana Santa, no has entendido la obra del Señor Jesucristo. Esta semana es precisa para tomar tiempo en reflexionar en lo que costó nuestra salvación, y lo que implica pecar deliberadamente: menospreciar el sacrificio de Jesús.
Donde estemos, en un templo o en un estadio, la vida santa se practica todos los días: “… sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; porque escrito está: “Sean santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15-16).
La mejor manera de celebrar y predicar los acontecimientos en la Semana Santa (muerte y resurrección de Jesús), es a través de una vida transformada. Por ello, todo discípulo de Jesús debe buscar vivir en santidad no una semana; sino, todos los días. La Palabra de hoy nos enseña 4 implicancias:
- Implica una identificación permanente con la muerte de Cristo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado.”
- Implica ser consciente de la muerte del “yo” y sus demandas: “ya no vivo yo”.
- Implica una identificación con la vida de Cristo: “mas vive Cristo en mí”
- Implica una vida en total consagración: “y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios.”
Puedes celebrar la Semana Santa como tú consideres, pero sólo una vida santa, que se aparta del pecado, agrada realmente al Señor. Recuerda que la cruz no evidencia cuánto valemos; todo lo contrario, muestra la gravedad de nuestra vida pecaminosa. Sí te aseguro algo: “En el cielo no habrá nadie que reciba su corona que no haya cargado su cruz en la tierra.” (Charles Spurgeon)
¡Estudia la Palabra! ¡Vive la Palabra! ¡Enseña la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular
En el culto de la semana de hoy domingo, 31-03-24, el Pastor de la Iglesia Alianza, Cristiana y Misionera de Casa Grande de la casa 211 Calle Palmeras, nos enseñó en su predica, el pastor Néstor Méndez, que el Señor Jesús hijo de nuestro Padre. Celestial fue y es el único Dios que está vivo frente a todos los demás predicadores y Mesias que existieron durante su vida en nuestro planeta tierra y que murieron como tal como Mahoma, Buda, y varios más, pero ninguno de ellos resucitaron al tercer día como la resurrección de Jesucristo. He ahí la diferencia entre los demás predicadores con Jesucristo. El sigue vivo y nos ama infinitamente y los demás están muertos y sepultados en su lugar de nacimiento.
Gracias a Dios tenemos la libertad de glorificar su nombre, el a hecho la parte parte más dolorosa de sus vida, tener que sacrificarse por nosotros(pecados), nos ayudó a recordar que que Cristo murió por nosotros aquella cruz que derramó su sangre poderosa.
Nosotros debemos transmitir a los demás lo que significa semana santa, para así transmitir su palabra a todas las naciones y poder tener su misericordia.