LA DISCIPLINA DE DIOS
“El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; Mas el que escucha la corrección tiene entendimiento”
(Pr. 15:32)
Al reflexionar lo que nos dice este versículo sobre la corrección de nuestra actitud, ésta puede llevarnos a afectar nuestra vida y la relación con nuestro prójimo.
Cuando escuchamos la palabra “disciplina”, viene a nuestra mente: castigo o prohibición; sin embargo, La disciplina en la Biblia no se limita al castigo por malas acciones, sino que se refiere al proceso de enseñanza, corrección y formación que Dios emplea para guiar a sus hijos hacia la santidad. En Hebreos 12:6, dice;
“Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo”
En He. 12:6, nos dice que la disciplina se presenta como una expresión del amor de Dios.
En Pr. 15:32, nos dice:
1. En lo positivo:
– Que escuchar la corrección nos hace más inteligentes. Esto no significa que debemos aceptar cualquier tipo de crítica sin discernimiento, sino que debemos estar abiertos a la opinión de los demás y dispuestos a aprender de nuestros errores.
– Cuando aceptamos la crítica constructiva, estamos demostrando humildad y un deseo genuino de mejorar y demostramos respeto por las opiniones de los demás.
– La corrección puede ser dolorosa, pero es necesaria para mejorar y crecer.
– Respetemos la opinión de los demás. Aprendamos a escuchar y valorar las perspectivas diferentes de las nuestras, esto nos ayudará a ser más tolerantes.
– Practiquemos la disciplina en nuestra vida diaria. Esto no significa castigarnos a nosotros mismos, sino establecer hábitos saludables y rutinas que nos ayuden a mejorar.
2. En lo negativo: El que desprecia la disciplina, se menosprecia a sí mismo. ¿Qué significa esto?
– Estamos diciendo que no necesitamos mejorar, que no tenemos nada qué aprender. Esta actitud nos cierra las puertas del crecimiento y el desarrollo personal.
– La actitud poco cariñosa o las palabras de crítica de otra persona pueden destrozarnos el corazón. Duele ser censurado, y podemos sentirnos tentado a desquitarnos contra el ofensor.
– El que reúsa la corrección, menosprecia su alma, es decir lo hace con peligro de vida, ya que sus malos caminos, no rectificados, pueden conducirle a situaciones peligrosas y aun fatales.
El error fundamental de los pecadores es que tienen en poco su propia alma; por eso, la dañan por complacer al cuerpo.
Aunque habrá ocasiones en que la crítica contra nosotros puede estar equivocada o mal dirigida, la Palabra de Dios nos dice:
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”
(He. 12:15)
¡Amado hermano!
En oración, busca la sabiduría de Dios y exprésale:
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno”
(Sal. 139: 23-24)
Dios nos revelará si existe algo de verdad en lo que dijeron de nosotros. Si lo hay, que el Señor corrija nuestra conducta. Si no lo hay, perdonemos y entendamos al ofensor.
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente
Excelente mensaje, ahora entiendo gracias y bendiciones