OBEDECIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS
“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.“
Mateo 26:39
El Señor Jesucristo tuvo que tomar la copa de la ira de Dios y experimentar el dolor en nuestro lugar, pero la muerte no pudo retenerlo a causa de Su perfecta santidad. Él había orado que no se hiciera Su voluntad, sino la del Padre, y la voluntad del Padre era salvar a Sus elegidos por medio de la muerte de Su Hijo. Así que Su oración fue oída porque se hizo la voluntad de Dios, tal como Jesús pidió. Es por esa sumisión de Jesús a la voluntad del Padre que no solo tenemos un Salvador, sino también a un Sumo Sacerdote que puede compadecerse de nosotros, incluso en aquellos momentos cuando nos encontramos en mayor debilidad.
Aquí tenemos una gran lección: La voluntad de Dios es perfecta. De manera que al venir delante de Dios en oración, no lo hacemos para torcer Su voluntad, sino para alinear la nuestra con la suya.
Nuestro Señor derramó Su corazón en la presencia de Dios, y Su oración fue contestada al darle Dios la fortaleza necesaria para continuar en el camino de la obediencia, por más doloroso que fuera, y al haberle levantado de los muertos al tercer al día.
Tú y yo sabemos que la voluntad de Dios es infinitamente mejor que la nuestra, pero cuán difícil es para todos nosotros andar por el camino de la obediencia cuando el otro sendero parece más fácil y placentero. Nunca encontrarás un mejor camino para ti que aquel por el que Dios te está guiando por medio de Su Palabra.
¡Creciendo en la Palabra y viviendo juntos en santidad!
Luiggi Naveda
Pastor Asistente
El camino seguro y duradero será el más difícil. Para Jesucristo lo fue tuvo una vida llena de sacrificios y tentaciones más aún el hombre está expuesto a tentaciones permanentes constantes del mundo . Refugiemos nuestra vida apoyada siempre en la palabra y obra de Dios en nuestra única guía que es la Biblia . Leámosla como fuente de sabiduría para poder conducirnos de acuerdo a su palabra. Sigamos todos firmes en nuestro seńor.