EL PROPÓSITO DEL SUFRIMIENTO
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, Él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.”
1 Pedro 5:10
Sé que en muchas ocasiones hemos escuchado un dicho que a veces parece real, “todo tiene solución menos la muerte”. Poniéndome a pensar un poco, es cierto; hay algunas enfermedades que tienen solución, hoy en día la medicina si no sana todas las enfermedades por lo menos ayuda a convivir con ellas con el menor dolor posible, pero la muerte es el fin de todos los hombres. En esta vida algunos sufren menos que otros, pero todos pasamos por esto: niños, ancianos, jóvenes y adultos, indiferentemente de la raza, la nacionalidad, la economía o la situación laboral, todos estamos expuestos al dolor y al sufrimiento.
Es importante mencionar que el sufrimiento es uno de los métodos utilizados por Dios con un propósito para formar al hombre y santificarlo, el texto que hemos leído dice: «y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, Él mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá. A Él sea el dominio por los siglos de los siglos. Amén.»
Puede ser muy difícil pensar que Dios permite que suframos durante un tiempo, pero mi hermano y hermana, hoy quiero decirte que el sufrimiento es parte del camino en la vida cristiana. No sé por lo que estás pasando hoy, pero quiero animarte y que sepas que no es en vano, no se trata de sufrir por sufrir, todo tiene un claro propósito para nuestras vidas, y seguro estoy que Dios te hablará y te mostrará sus propósitos y el por qué permite que pases por el dolor y el sufrimiento, y sin duda alguna esto será para perfeccionarnos, afirmarnos y fortalecernos.
Dios no permite que suframos porque simplemente a Él le place, el sufrimiento nos hace parecernos más a Cristo, cuando estamos allí destrozados tal vez por el dolor, es el momento donde Dios nos hace pensar acerca de lo débiles que somos y en lo grande que es Él y de cuán necesitados estamos de su gracia y favor.
¡Jesús ya venció! En Él somos más que vencedores. No debemos temer a lo que estemos pasando o lo que vendrá porque Dios está con nosotros y nos dará las fuerzas que necesitamos.
¡Tengamos esperanza siempre, sin importar cuáles sean las circunstancias! Recordemos que Dios nunca nos abandonará.
¡Creciendo juntos!
José Miguel Olave
Pastor de Adoración y Artes