¿Por dónde estás caminando?
“… Así dice el Señor: «Párense en los caminos y miren, Y pregunten por los senderos antiguos, Cuál es el buen camino, y anden por él; Y hallarán descanso para sus almas.”
(Proverbios 3: 9 – 10 NBLA)
El pueblo de Dios se ha desviado, se han perdido siguiendo caminos totalmente opuestos al camino del Señor, se han apartado del Dios de sus padres y vagan en sus corazones, sirviendo a dioses ajenos, ídolos que tienen boca, pero no hablan, tienen ojos mas no ven, orejas tienen mas no oyen, no oyen ni tienen pies, dejando al Dios vivo y verdadero, cavando para sí cisternas rotas que no retienen agua. Como resultado sufren las consecuencias de una fe estéril e infructuosa por decir lo menos, vacíos y sedientos buscan saciarse, con vidas sin sentido y sin esperanza, pero ahí es donde viene la admonición del Señor hacia su pueblo a quien ama con amor eterno.
Lo primero que les dice es que se detengan, porque están de aquí para allá deambulando en la multitud de ofertas de creencias para saciar su vacío corazón. Ellos necesitan tomar una pausa, detenerse y lo segundo preguntar por las sendas antiguas, es decir cuál es el mejor camino que los llevará de vuelta al Señor. Necesitan volver al camino, regresar al punto donde se perdieron.
Recuerdo cuando fui a la playa con mis hermanos mayores y un amigo. Había mucha gente, era un lugar muy concurrido y popular, por lo tanto, habría la posibilidad de perderse. Mi hermano mayor nos dio una instrucción muy clara: si se llegan a perder entre la gente, aquí será nuestro punto de encuentro señalándonos un lugar exacto. Minutos después sucedió lo inesperado y no vi a mis hermanos, experimenté mucho miedo, era apenas un niño, me puse a llorar y pensé que estaba perdido, pero hubo un momento que me calme y recordé las palabras de mi hermano: “si nos separamos, aquí nos vamos a encontrar”, suspire y busque aquel lugar raudamente y luego un suspiro grande me embargo, allí estaban mis hermanos. ¡Qué alivio!
Israel debía preguntar cuál es el buen camino y andar por él. Y como resultado hallarían descanso para sus almas. Lo mismo pasa con nosotros, muchas veces nos salimos del camino, perdiéndonos y sufriendo las consecuencias de ello, sin embargo, el Señor nos anima a detenernos, preguntar y buscar el camino de vuelta y andar por él. ¿Pero cuál es camino? El camino es una persona y su nombre es Jesús. Él dijo “Yo Soy el camino” Sin lugar a dudas quien sigue a Jesús nunca estará perdido y hallará descanso para su alma turbada y cansada y saciará su sed espiritual y llenará el vacío del corazón.
Para meditar:
Se honesto(a) ¿Tienes la certeza y convicción de caminar con Jesús? ¿Tiene tu alma descanso?
¡Firmes y adelante!
Néstor Méndez
Pastor Asistente