LA PRIMERA NAVIDAD
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”
(Lucas 2:7)
Hay muchas personas que pasan la mayor parte de las Fiestas Navideñas buscando el regalo perfecto, las buenas gangas, la decoración perfecta, una buena cena, etc., para pasar estas actividades llena de gozo y paz, haciéndoles perder el verdadero significado de la Navidad.
Hace más de dos mil años, el Emperador Romano Augusto César, promulgó un edicto, para que todo el mundo fuese empadronado en la ciudad de su nacimiento; José y María, quien estaba en cinta, subieron de Galilea a Belén y en su viaje se cumplió el día de su alumbramiento y tuvo que dar a luz a su hijo primogénito en un pesebre, porque no había lugar en el mesón. El dueño del mesón y muchos otros negociantes buscaban ganancia económica (Lc. 2:1-7).
Los únicos que disfrutaron de la primera navidad, fueron los pastores (Lc. 2:8-20). Para ellos no fue suficiente haber visto a los ángeles, la gloria del Señor que los rodeó, la multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios, haber escuchado la revelación que les expresó el ángel que había nacido en Belén el Salvador anhelado, ellos deseaban encontrar y ver al Mesías para adorarlo. Cuando le encontraron y vieron, glorificaron y alabaron a Dios.
Varios años después, unos magos llegaron a Jerusalén del Oriente. Estos tenían ese mismo sentir y anhelo de los pastores, de encontrar al Rey de los judíos que había nacido, no les interesó seguir observando a la estrella que los había guiado en su largo recorrido, querían encontrarlo y adorarlo. De igual manera como los pastores tuvieron su encuentro con el Rey a quien buscaban (Lc. 2:1-12).
¡Hermano!
Como creyentes, cuando tuvimos el primer encuentro con Jesús, y al reconocerlo como nuestro Salvador y Señor, esa fue nuestra Navidad, Cristo naciendo en nuestro corazón.
En este mes de diciembre, tenemos una excelente oportunidad para proclamar el Evangelio del Señor Jesús a toda persona que no ha tenido su primer encuentro con el Hijo de Dios.
Si estas personas solamente buscan comida, fiesta, regalos, paseos, etc., perderán el significado de la Navidad. Debemos guiarlos a Jesús para que Él les otorgue el perdón de sus pecados para salvación eterna.
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente