EL BALANCE DE LA VIDA
“…He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? «(Lucas 13:7)
Los resultados finales, traducidos en notas de alumnos de escuelas y colegios. Los balances de tiendas, negocios y empresas; nos hacen pensar que es importante ver el rendimiento, los resultados de los esfuerzos desplegados en los estudios, por un lado, como el estado de ganancias y pérdidas, por otro lado; que arroja el ejercicio de ese año.
Por muchos años tuve la preocupación de como hallar un instrumento que me permita evaluar mi vida, mi familia, mi célula, mi sector en la iglesia, y por último la iglesia misma. Y claro que, el Señor me respondió con Su palabra, mostrándome que la parábola de la higuera estéril (Lucas 13:6-9), era la forma como el Señor evalúa la vida de cada creyente, de Su pueblo Israel, y de Su iglesia el día de hoy.
¿Y cómo lo hace? Primero, definiendo las inversiones realizadas. Segundo, efectúa las evaluaciones correspondientes. Y por último, manifiesta las oportunidades que todavía nos brinda, en esa negligencia muy propia de los seres humanos.
1. LAS INVERSIONES. El Señor siempre tuvo la buena disposición de invertir en cada creyente, en cada integrante de su pueblo o de Su iglesia, como lo indica: “Tenía un hombre, una higuera plantada en su viña…” (Lucas 13: 6a). El dueño eligió el tipo de árbol a plantar. Fue el privilegio de la higuera que la escogiera: No solo la plantó, sin duda que preparó el lugar, despedregó el espacio, cuidó de ella hasta verla crecida, llena de ramas y hojas, símbolo de su madurez. El dueño invirtió todo lo necesario para verla fructificar. El dueño es Dios, la higuera eres tú; por lo tanto, piensa en los privilegios que has recibido, las inversiones efectuadas y las oportunidades ofrecidas.
2. LAS EXPECTATIVAS Y EVALUACIONES. El dueño tenía la expectativa de que en su tierra, su árbol escogido, en donde ha invertido tanto; se halle el preciado fruto producido. Pero qué decepción: “…y vino a buscar fruto en ella, y no la halló.” (Lucas 13:6c), al dueño le asistía todo derecho de recoger los frutos. Sin embargo, el dueño sufre tal decepción, que lo lleva a tomar una decisión: «Y dijo al viñador: He aquí, hace inutiliza también la tierra?» Esa higuera (vida), no solo ha consumido tiempo, también paciencia. En el mundo académico, financiero, esto, no es normal. Como tampoco es normal que un hijo pase tres años seguidos en el mismo año. Sin embargo, aunque parezca paradógico, es “casi normal” en muchas iglesias, no solo pasan tres años; pasan cinco, diez, quince y hasta más años sin crecimiento, sin el fruto esperado por Dios. Tal vez, si aquí terminara el texto, sería muy triste.
3. LAS OPORTUNIDADES. Lo más maravilloso de Jesús, es que es un Dios de segundas oportunidades. Que aunque el dueño de la higuera (Dios), le pide al viñador (Jesús) que la corte. Sin embargo, este le dijo: “Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cabe alrededor de ella, y la abone.” (Lucas 13:8). Aquí Jesús hace uso de Su misericordia y Su gracia. Interponiéndose, aunque la higuera (tú y yo) no lo merezca; va a invertir más: tiempo, paciencia, y le va a dar una nueva y última oportunidad: “Y si diere fruto bien, y si no la cortarás después.” (Lucas 13:9). Siempre hay una nueva oportunidad de parte de Jesús.
Estamos a pocas horas de iniciar un nuevo año. Bueno sería evaluar nuestra vida, nuestro ministerio y nuestra iglesia antes de ingresar al nuevo año y ser conscientes de los propósitos de Dios en nuestra vida para poder responder en la medida de la expectativa de nuestro Rey y Señor Jesucristo.
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor