UN NUEVO CORAZÓN EN EL CREYENTE
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”
(Ezequiel 36:26)
Veamos cómo define la Biblia al corazón:
a. Según las Escrituras, se trata del lugar donde tienes tu voluntad, actitud e intenciones, y es la fuente de tus pensamientos, acciones y palabras.
b. El corazón es el núcleo de nuestro ser, y la Biblia establece alta importancia en mantener nuestros corazones puros.
Tenemos un corazón porque Dios tiene uno. David era un hombre «varón conforme al corazón de Dios» (Hechos 13:22). Y Dios bendice a Su pueblo con líderes que conocen y siguen Su corazón (1 Samuel 2:35; Jeremías 3:15).
El corazón humano, en su estado natural, es malvado, traidor y engañoso. El corazón fue afectado en la “caída” en el nivel más profundo; nuestra mente, emociones y deseos han sido manchados por el pecado. Tal vez no entendemos nuestros propios corazones, pero Dios sí:
«Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras«
(Jeremías 17:9-10)
El Señor Jesús, describió la condición caída de nuestros corazones:
«Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre»
(Marcos 7:21-23)
Según estos versículos nuestro mayor problema no es externo sino interno. Para que una persona sea salva, entonces, el corazón debe ser cambiado. En Su gracia, Dios puede crear un corazón nuevo dentro de nosotros (Ezequiel 36:26).
La obra de Dios de crear un nuevo corazón en nosotros, involucra probarlo. Dijo David a Dios:
“Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión”
(Salmos 17:3)
¡Amados hermanos!
– Dios llena nuestros corazones con nuevas ideas, nueva sabiduría, nuevos deseos; con la finalidad de darle la Gloria y ser testimonio que somos sus hijos.
– Le dirías a Dios: ¡Prueba mi corazón! ¡He resuelto que mi boca no haga transgresión!
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente