Un maravilloso regalo de Dios
“…La casa y el dinero se heredan de los padres,
pero la esposa inteligente es un don del Señor.”
(Proverbios 19:14) NVI
Hace pocos días acabamos de cumplir con mi esposa 14 años de matrimonio. Un amigo con motivo de nuestro aniversario escribió así: “No hay una dicha más grande que el Señor nos ha concedido en esta tierra que el matrimonio. Disfruten de ese regalo.”
Que cierta esta declaración, por supuesto quienes somos casados no pretendemos decir que el matrimonio es una panacea ni una luna de miel permanente, tiene sus momentos álgidos, tiene sus choques y crisis por decir lo menos sin embargo cuando vivimos de acuerdo al manual de Dios (Biblia) y aplicamos su palabra dejando de lado el orgullo y la inmadurez, desarrollando capacidad reflexiva para reconocer nuestros errores, podemos disfrutar entonces de esa dicha, de ese don, de ese regalo maravilloso llamado matrimonio.
Qué bueno es saber que Dios tienen planes hermosos para nuestra vida y parte de ello es sin duda nuestro cónyuge. No cabe duda que cada individuo tiene la capacidad y la libertad de elegir su pareja, sin embargo, será sabio reconocer la dirección del Señor y recibir “su don” porque como alguien dijo: “el matrimonio es un asunto de vida o muerte” ¡que tremenda admonición!
Quizá por esto muchas parejas viven frustraciones porque allí está el origen de los problemas, la elección del compañero de vida, sin considerar muchas aristas entre ellas la dirección del Señor, la de los padres y de los líderes espirituales. La juventud es impetuosa y vehemente y será necesario desarrollar un corazón noble y moldeable para saber “escuchar” (algo muy significativo en la Biblia) algo muy difícil en esta etapa de la vida, pero no imposible.
El matrimonio es sin duda una gran dicha, pero como dijimos cuando lo vivimos de acuerdo a los propósitos de Dios, estos lo encontramos en Génesis 1: 24 “…esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo.” Según este versículo podemos ver al menos 3 propósitos: del desprendimiento, el compañerismo y la unidad indivisible, ¡que bendición!
Queridos, recordemos que nuestro cónyuge es el don de Dios para nuestras vidas, es nuestra herencia aquí en la tierra. Vivamos cada día confirme a la Palabra de Dios y disfrutemos cada día y en cada etapa, la dicha del matrimonio.
¡Firmes y adelante!
Néstor Méndez
Pastor Asistente
De bendición.