RECURSOS PARA LA BATALLA QUE ESTAMOS PERDIENDO
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Proverbios 22:6
Es una verdadera lástima ver como creyentes, de diversas denominaciones, de diversos estratos sociales, económicos y culturales, se esfuerzan y casi están compitiendo con amigos y familiares por tener a sus hijos en los “mejores colegios”; endosando de esta manera la crianza, formación e instrucción de sus hijos a las empleadas del hogar, la familia, los amigos, las instituciones privadas, y el Estado. Claro, ese es el camino más fácil, pero, los resultados son desastrosos.
Quizá algunos piensen que criar hijos, consiste en alimentarlos y cuidarlos, hasta que puedan valerse por sí mismos. Pero, ¿qué de los valores, de los principios y de la formación del carácter y por ende de la personalidad? ¿Quién lo va hacer? Cuando realmente en la crianza de los hijos no hay sustituto para la Palabra de Dios. Ninguna persona, ningún programa de radio o TV, ningún material de consejería o curso de enseñanza, pueden sustituir la revelación de nuestro Dios. Sólo la Biblia tiene todas las instrucciones que necesitamos para lograr ciertas cualidades en nuestros hijos, como: honestidad, responsabilidad, gratitud, obediencia y fe.
Dios, ha puesto en nuestras manos los recursos que necesitamos para enfrentar la batalla que muchísimos padres están perdiendo; y que deberían usarlos lo más temprano posible para lograr hijos piadosos en medio de un mundo de impiedad. Uno de los recursos es este versículo: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” (Proverbios 22:6).
- LA INSTRUCCIÓN. La Palabra, insta a los padres a instruir a sus hijos: “Instruye al niño” (Pr.22:6a). Esta frase no es una sugerencia, es un imperativo, un mandato; al cual todo padre o madre estamos llamados a cumplir con nuestros hijos. Esto, claro está, requiere de un compromiso diario y serio de los padres. Sin lugar a dudas que, todo padre o madre sobre todo creyentes, tendrán que dar cuenta a Dios algún día de este encargo.
- EL PROPÓSITO. Dios no hace nada por las puras; todo absolutamente todo, lleva un propósito; de allí que Dios dice:“Instruye al niño en su camino,” (Pr. 22:6b) es decir, prepáralo para la vida, para el futuro. Esto, requiere que cada padre deba de guiar a cada hijo de acuerdo a su personalidad. Y ayudarlos a descubrir y desarrollar la voluntad de Dios para sus vidas. Así encontrarán la plena realización y satisfacción personal.
- LOS RESULTADOS. Todos sabemos que lo que sembramos, eso cosecharemos. Si tenemos una instrucción coherente, que cubra perfectamente el propósito, entonces tendremos resultados satisfactorios como lo promete la Palabra: “y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” (Pr. 22:6c). La Palabra de Dios es una semilla sembrada en el corazón de los hijos, que dará su fruto a su tiempo. Esa es la promesa de Dios para sus hijos. Toca a los hijos almacenar esa bendita y eterna Palabra de Dios, la cual será un depósito de recursos que los guardará de peligros y les recordará las pautas para una buena vida. ¡Examínalo!
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor