¿ESCLAVOS AL TEMOR DE LA MUERTE?
(Hebreos 2:14-15)
Salomón, rey de Israel a quien Dios le había concedido sabiduría más que a cualquier otro; conocía la tendencia del ser humano de ignorar o desear la muerte y no enfrentarla por el temor que le tiene. Siendo el libro de Eclesiastés de inspiración Divina, usa a este rey con la finalidad de hacernos reflexionar y escribe que:
“Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón”
(Eclesiastés 7:2)
La casa de banquete solo da la esperanza de encontrar el sentido de la vida en el placer, la realización y la sabiduría.
La casa de luto es un buen medio de amonestación, ya que ver la muerte ajena, nos da un anticipo de la nuestra. La emoción penosa que ocasiona un funeral, hace que corrijamos nuestro corazón. En cambio, la esclavitud del temor a la muerte, hace al hombre, frívolo y no le interesa saber nada de ella, impidiéndole reflexionar al respecto.
El funeral es una oportunidad para los vivos de reflexionar a dónde van y de dejar el temor a la muerte. Todo el esfuerzo y lo que se haga, no cambiarán el hecho de que la muerte es el fin esperado de todos los hombres. No es el fin de la existencia, la existencia continúa, será mejor o peor, pero es el fin de la vida, tal como la conocemos aquí en la tierra.
Para dar solución a este temor o miedo a la muerte, las Sagradas Escrituras nos dice:
“Así que, por cuanto los
hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”
(Hebreos 2:14-15)
Jesús de Naturaleza Divina, para librarnos de la muerte y de Satanás, tenía que tomar el lugar de nosotros, los elegidos de Dios y que estábamos bajo condenación por nuestro pecado. Jesús tomó cuerpo de carne y sangre para ser totalmente humano, como nosotros.
Jesús derrotó a Satanás usando el arma de la muerte; Él pagó el castigo de nuestro pecado, dando su vida, y nos libró de la maldición de la muerte. Y al pagar esta penalidad, quitó el arma de la muerte de las manos de Satanás, así que Jesús el Hijo de Dios nos quitó el temor a la muerte, ahora estamos libres de la esclavitud de la muerte. La epístola a los Romanos dice:
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”
(Romanos 8:38-39)
¡Amados hermanos!
Aquellos que no conocen a Jesús como su Señor y Salvador enfrentan la muerte eterna (infierno) así como permanecerán eternamente sometidos a la esclavitud de la muerte.
Solamente Jesús libra al hombre de esta esclavitud.
¿Eres agradecido a Nuestro Padre Celestial que nos eligió para ser sus hijos y habernos quitado el pecado, y el temor a la esclavitud de la muerte?
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente
El sábado y domingo pasado asistí al funeral de un colega profesor. En su entierro me permitieron decir unas breves palabras. Familiares y colegas hablaron de sus buenas actitudes y el buen desempeño en su trabajo. En mi oportunidad les mencioné. Que le compartí el evangelio de Dios y nuestro colega tomó la decisión más importante de su vida. Aceptar a Jesús en su corazón y creer que Dios le dió vida eterna. Juan 3: 16. Amén